29- EL
DIABLO CREO LAS HORMIGAS, LAS ARAÑAS, LAS SERPIENTES…
"Al principio Dios y el Diablo eran compadres;
Dios se sentaba en un trono grande, y el Diablo en una banquita chiquita; Dios
era blanco y tenía un bote grande a motor pa' andar río arriba y río abajo pa'
hacer sus cosas, y el Diablo era negro y tenía una champita chiquita pa' cuando
iba a hacerle a Dios los mandados, y el Diablo le llevaba bronca a Dios por
eso. Un día, cuando Dios se fue en su motor por el río pa' hacer cosas,
el Diablo le siguió con mañitica sin que Dios se diera cuenta |
el
Diablo le siguió con mañitica sin que Dios se diera cuenta, y se fijó como es
que creaba todo; y cuando ya hubo aprendido el truco se devolvió y creó los
Animales del rio que hacen los remolinos y ponen a voltear las champas y tragan
gente, las hormigas, las avispas, las serpientes venenosas, los tatauros, los mosquitos,
los comejenes, las arañas, la lepra, la malaria, la fiebre amarilla, la candelilla y la sarna, y todas las
enfermedades, las espinas de las matas, los gusanos, las pestes del maíz y del
arroz, y todo lo que pica, pincha, corta y enferma y trae el hambre y la
miseria y hace que uno se muera. Entonces muy contento el Diablo se sentó en el
trono grande. Al ratito llegó Dios y le dijo:
- Ve, hombre, vos pa' que te sentás
en mi trono. Quitate tú pa' que me
siente yo, que vengo muy cansado de todo lo que he hecho.
- P’a que veás, yo ya no me quito de
aquí. Bien podés sentate vos en la banquita.
- Deja 'e ser igualado, que bien
sabés que el trono es pa' yo, y la banquita pa' ti.
- Pues yo no me quito, porque pa'
que te enteres, que tú y yo ya somos iguales.
- ¡Cómo va a ser esa vaina,
hombre!
- Si, porque yo ya se crear.
Y el diablo muy orondo se prendió un
tabaco y se puso a hacer carrizo, y ahí le enseñó a Dios todo lo que había
hecho: escorpiones, ortigas, rascaderas, las
matas venenosas, las rayas del río, las bubas, hormigas, y todo lo
demás. Cuando Dios que vio tanto disparate junto se emberracó todo y lo zampó
de una patada pa' la bodega que Dios tenía abajo 'e la casa, donde guardaba la
gasolina pa' su motor, pa' que no jodiera más; la gasolina se prendió con la
candela del cigarro que el Diablo llevaba, y desde entonces el Infierno está
abajo ardiendo, y Dios y el Diablo son enemigos y viven jodiéndose".
El niño escucha atento:
- ¿Y no acabará de arder la
gasolina?
- No, porque era mucha.
- ¿Y Dios y el Diablo no volverán a
ser amigos?
- Pues a lo mejor.
- ¿Y qué pasará entonces?
- Pues quien sabe, quien sabe.
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