4- TEME QUE LAS HORMIGAS LE DEVOREN
Cuando la mujer vuelve en sí, el sol está alto y siente que le pica en los ojos; o tal vez sean las picaduras de los insectos que le han hinchado los brazos, las piernas y la cara; las hormigas le corren por todo el cuerpo. Se intenta poner en pie, pero se marea, vomita, y vuelve a caer al suelo; las moscas junto a la cara la enloquecen. Siente en un carrillo como dos brasas pegadas; se lleva las manos allí y las retira llenas de coágulos de sangre. Cuidadosamente explora la cortada que le hizo Elombre al darle con el filo del machete en la cara, tan profunda que los dedos pasan al otro lado y tocan las muelas astilladas. Tiene la lengua tan hinchada que no puede escupir los grandes coágulos; los pedazos de dientes que la asfixian, y tiene que sacárselos lentamente con la mano. El dolor, y el olor de su propio vómito la marea. Siente que otra vez se va a desmayar y lucha contra ello respirando profundamente con todas sus fuerzas, porque está sola y teme que las hormigas la devoren. Siente un ruido cada vez más fuerte, como un motor que se acercara dentro de ella, y luego, nada.
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